Unas líneas para contarles un hecho que viví en mí salida en bici de ayer jueves 9 de abril, en una hermosa mañana soleada y de temperatura muy agradable.

Lugar:

Carretera que va entre El Saler y el Perelló, paralela a la costa, a unos 20-25 kms. de Valencia.

Personajes principales:

*un ciclista que llamaré "T4", de unos treinta y tantos, quizás triatleta o duatleta, de mediana estatura, aparentemente en forma, equipado con maillot y culotte negro, corto, specialized, como su bicicleta de carretera de -o preparada para- contrareloj, con acoples, porta bidones por detrás del asiento, etc...

*otro ciclista que llamaré "C", de 59 años, aficionado al ciclismo desde hace muchas décadas, de 1.75 mts., con sobrepeso, retomando la bici después de unos meses lesionado, equipado de largo con ropa de peña ciclista y chaleco rojo de oferta del supermercado Lidl, con espejo retrovisor en el caso, con una bici de carretera cannondale roja -cad 4 de hace 9 años-, modificada a bici urbana o brevetera, con un manillar y cuernos de bici de montaña, con porta bultos bajo el asiento y en el manillar, y con guardabarros y luces  delanteros y traseros.

Personajes secundarios de este situación que relato:

Otros ciclistas  con aspecto de triatletas, duatletas o contrarelojistas, que llamaré: "T1", "T2a", "T2b" y uno o más, "T5a"  "T5n".

Descripción de los hechos:

El ciclista "C" que circula por el arcén de la citada carretera, es adelantado por "T1" y unos 10 ó 15 segundos después por "T2a" y "T2b".

Por el espejo retrovisor, "C" observa que se aproxima otro ciclista, el designado "T4".

En ese momento C", que pedalea a unos 28/29 kms./h, considera que cuando "T4" lo adelante, podría intentar ir algún rato detrás.

Llega el momento: "T4" adelanta a "C" y éste se pone a rueda. La velocidad a la que circulan ambos inicialmente, es de unos 33 kms./h. "T4" que percibe que "C" va a rueda, aumenta la velocidad; "C" sigue a rueda.

Más adelante, "T4" hace 2 cambios de ritmo, 2 acelerones (atípicos del rodar acoplado), y "C" sigue a rueda.

Luego de lo anterior, "T4" se desliza repetida y rápidamente -unos 50 cms.- del arcén hacia el carril de circulación vehicular, girando la cabeza hacia la izquierda, como mirando quién viene más atrás.

"C" sigue detrás, pero siempre por el arcén.

A continuación, "T4" reingresa al arcén y a los pocos momentos "toca los frenos" sin motivo aparente. A "C" que va a su rueda atento, en silencio y sin hacer otra cosa que ir atrás del presunto triatleta, ese gesto le llama la atención, pero, cuando a los pocos segundos "T4" vuelve a accionar los frenos sin que haya a la vista ningún motivo de seguridad, "C" saca la voz y desde atrás le dice:

- "que te pasa" en 2 oportunidades.

Cómo no obtiene respuesta, se pone en paralelo a "T4" (por su izquierda) y le dice:

- " Yo también soy ciclista; ¿que te pasa?; no te das cuenta que es peligroso lo que haces?"

A lo que "T4" responde:

- "que está esperando a unos compañeros y que el que va a rueda debe ir atento..."

Los planteos de ambos se repiten, llegan a una rotonda, "T4" se vuelve y "C" continúa...

Posteriormente "T4" y los otros ciclistas "T5a" y "T5n" y quizás algún otro, adelantan a "C" en sentido Valencia-Cullera.

A "C", que lo único que hizo fue ir atrás y mantenerse largo rato a rueda, esta situación le generó:

por una parte, un profundo malestar (¿cabreo?¿rabia?), porque la conducta de un "T4" desubicado o acomplejado pudo haber provocado una caída; por otra parte, también lástima, por la pobreza interior y falta de recursos para la convivencia de "T4" lo cual me hace pensar que a él, más que "rodar acoplado a la bici", le haría falta unas cuantas sesiones de sicología para intentar aprender a con-vivir, a aceptarse y a superarse y, por último, "risa", de imaginar o recordar una situación "casi increíble", en la que lo risible no es  el que rueden juntos ciclistas de características tan opuestas en cuanto a edad, figura, bici, etc., sino el fracaso en lograr su objetivo de alguien que actúa de manera acomplejada, provocativa y competitiva, sin que venga a cuento.

Termino pidiendo excusas por lo largo del relato, pero necesitaba compartir con lo colegas aficionados al deporte en general y al ciclismo y sus combinaciones, una situación que desgraciadamente no es inusual, con la esperanza de que en el deporte y a través del deporte, disfrutemos y podamos ser no sólo mejores ciclistas, sino mejores personas.

Carlos Moukarzel.

-militante de la vida, pedaleando desde 1960 en paseos con amigos, en entrenes, en carreras de bici y BTT, en triatlones, en duatlones, en marchas, en brevets;  en Chile, en Argentina, en España y en Francia-. CCR-80. Club Triatlón Valencia.

PD. Me faltó agregar a la descripción de mi aspecto de ciclista  "funcional", pero poco y nada "pofesional" ,  el hecho de que yo llevaba además  del espejo retrovisor en el casco y lo ya descrito, un silbato -pito- colgado al cuello. Jajaja.

No es que vaya de árbitro, pero lo llevaba porque en esta salida y habitualmente suelo ir por carriles bici, y en ellos encuentro a ciclistas o peatones distraídos, a los que con el silbato les advierto e incluso nos divertimos al cruzarnos.

Pobre el "pofesional" de marras, si tiene que contar que no pudo descolgar a uno que además de las características citadas iba con un silbato al cuello. Lo podría haber utilizado para marcarle el ritmo. Jajaja.

Bueno, más vale tomarlo con humor...

Buenos deseos para todos, incluido "T4" -de verdad-